De leyes y hechizos
Cuando se redactan leyes, se ponen a prueba las palabras, procurando dar con su máxima fuerza. Como los hechizos, tienen que hacer que las cosas sucedan en el mundo real y, como los hechizos, sólo operan si la gente cree en ellas. Si tu ley impone una pena, has de ser capaz de aplicarla…, a los ricos tanto como a los pobres, a la gente de las fronteras escocesas y de las marcas galesas, a los a la gente de las fronteras escocesas y de las marcas galesas, a los hombres de Cornualles igual que a los de Sussex y Kent. Ha redactado este juramento, una muestra de lealtad a Enrique, y se propone que lo presten los hombres de todos los pueblos y aldeas y todas las mujeres de cierta importancia: viudas con patrimonio, terratenientes. Su gente recorrerá el país, llanuras onduladas y brezales, pidiendo a los que apenas hayan oído hablar de Ana Bolena que respalden la sucesión del hijo que lleva en el vientre. Si un hombre sabe que el rey se llama Enrique, que preste juramento; no importa si confunde a este rey con su padre o con algún Enrique anterior, porque los príncipes, como los demás hombres, se desvanecen de la memoria de la gente común.
Thomas Cromwell, personaje. En la corte del lobo. Hilary Mantel.