Como en todas las Historias

—Si me preguntáis por los monjes, hablo por experiencia, no por prejuicio. Y, aunque no me cabe duda de que algunas fundaciones están bien regidas, mi experiencia me dice que son más frecuentes el derroche y la corrupción. ¿Puedo sugerir a Su Majestad que si desea ver un desfile de los siete pecados capitales, no organice un baile de máscaras en la corte, sino una visita sin previo aviso a un monasterio? He visto monjes que viven como grandes señores de las ofrendas de los pobres, que prefieren comprar una bendición a comprar pan, y ese comportamiento no es cristiano. Tampoco acepto que los monasterios sean las sedes de cultura que creen algunos. ¿Fue Groeyn un monje, o Colet o Linacre, o cualquiera de nuestros grandes eruditos? Eran universitarios. Los monjes toman niños y los emplean de sirvientes, ni siquiera les enseñan latín macarrónico. No les niego el derecho a algunas comodidades corporales. No siempre puede ser Cuaresma. Lo que no soporto es la hipocresía, el engaño, la ociosidad, sus viejas reliquias, suculto trillado y su falta de inventiva. ¿Cuándo ha salido últimamente algo bueno de un monasterio? No inventan, sólo repiten, y lo que repiten es corrupto. Durante siglos, los monjes han acaparado la pluma, y lo que han escrito es lo que consideramos nuestra Historia, pero yo no creo que lo sea, en realidad. Creo que han suprimido la Historia que no les gusta y han escrito una favorable a Roma.
Thomas Cromwell en La corte del lobo. Hilary Mantel.

