Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
olvidarte en un instante con un nombre diferente,
no pensarte, no desearte.
No buscarte en fotos viejas ni volver la vista al pasar por tu calle.
Eliminar de mi memoria cada instantánea de miradas que nunca compartimos.
No convertirte en un mito y borrar cada rumor de ti,
hasta olvidar un rostro que se me ha perdido para siempre
dentro de la niebla vieja del remordimiento.
Podría hacer como sí nunca hubieras existido…..
Pero te miré ese día y nunca pude remediarlo.
Te amo como a la obsesión perenne que a la vida da sentido.
Te amo como a lo que nunca se escribió en ningún libro o destino.
Te amo simplemente porque eres mi delirio.