Dormida
Las gaviotas gritaban en la playa pero hacia frío. Tanta frío que ella se dibujo encima un abrigo de lana más larga y más gruesa. Y un buen par de botas. Saltó del barco en el agua. Emborronó la parte del barco más grande que había dibujado sobre la barca y cargó con la barquita hasta un río ancho y lento. La bajó. Dibujo un remo sobre un tronco que el agua había hecho flotar hasta allí y metió la barquita dentro del río saltando dentro y empezando a remar con todas sus fuerzas. Remo. Durmió bajo las estrellas y entre los bosques. Remo de nuevo. Cargo su barca cuando la corriente se volvía un obstáculo. Durmió abrazada a ella, aspirando el perfume de la manzanilla silvestre. Y remo otra vez hasta una pradera con suficiente pasto verde para empezar una familia. Sacó la pluma de ganso. La mojo con la última tinta púrpura y la enterró en la tierra. Brotaron briznas de hierba que llenaron el prado. Y Melidé dibujó seis ovejas más como ella. Se apretujaron todas juntas y soñaron con la luna llena.