Cuando Savile Row es como sentarse frente a la máquina de escribir
Hoy… hoy no tengo ganas de leer o escribir sobre narratología. Tenía esto reservado para esos casos en la famosa USB azul que perdió su conexión con el mundo… Por lo que, estoy haciendo trampa recurriendo a copiar y pegar los subtítulos de una película que se llama The outfit, USA 2022.
A primera vista parece que tal como lo relata el personaje del sastre (el dice que es un modisto; aunque a mí me parece que lo que hace es ser sastre), solo se trata de elaborar un traje… Algunos escritores comprenderán al primer vistazo que, también, es como se escribe una novela. Por hoy, les dejo el texto del monólogo[1].
El inglés, modisto o Leonard Burling a lo largo de la película:
<<Para el ojo no entrenado, pareciera que un traje consiste de dos partes[2]… Chaqueta y pantalones. Pero estas dos partes, al parecer sólidas, se componen de cuatro telas diferentes. Algodón, seda, angora y lana. Y esas cuatro telas están cortadas en 38 piezas separadas. El proceso de medir, formar y conjuntar esas piezas…requiere no menos de 228 pasos.
Así que el primer paso es medir. Pero «medir» no significa solamente tomar la cinta. Tantos centímetros aquí, tantos centímetros allá». No. No puedes hacer algo bueno… hasta no entender para quién lo haces. [3] Toma las medidas… y cuando entiendas quién es… Puedes comenzar.
El segundo paso es trazar. Y, para algunos, este puede ser el paso más puramente placentero. Solamente estás explorando. Pero te recomiendo que prestes atención a tus patrones. Están ahí por una razón. Esto no es arte[4]. Es un oficio. Podemos hablar de originalidad sorprendente después. Lo importante ahora… es la habilidad[5].
Las terminaciones pueden ser lo más difícil[6]. No porque haya que tener gran habilidad para estos pasos finales…poner botones, cerrar algunos bordes, sino porque, si hiciste tu trabajo, el verdadero arte ya ocurrió. Las terminaciones son meras inevitabilidades. En las terminaciones debes hacerte a la idea… de que la perfección es una meta necesaria…precisamente porque es inalcanzable.
Si no aspiras a la perfección, no podrás hacer nada estupendo. Y aun así, la verdadera perfección es imposible. Así que, al final, debes reconciliarte… con el fracaso.
No es perfecto. Tienes que hacer las paces con eso.
Deseo mucho ser bueno. Bueno, te sientas en tu tablón, acomodas tus herramientas…y comienzas todo de nuevo…>>
Eso es todo por hoy. Pasto kalo.
[1] Ninguna parte del texto es mía, ni por traducción ni por creación. Estos le corresponden a los poseedores respectivos del copyright en cualquiera de sus formas y la intención de usar el texto es la de comparar la creación de un traje con escribir ficción. Como todas las chorradas de este blog.
[2] Para el ojo no entrenado, la ficción consiste en tres cosas: introducción, clímax y desenlace… Toda una serie de piezas menores llamadas montajes.
[3] ¿Para quién se escribe y qué necesita? ¿Necesita bebés hermosos que no lloran? ¿Necesita persecuciones automovilísticas donde los ladrones hacen la parte divertida pese a lo malo que es robar?
[4] El arte no depende del creador, sino de aquel que fija el precio. Y si se escribe para vender, no hay arte posible según los cuadros comparativos entre el diseño y el arte. El diseño acontece porque se expresa el mensaje de un tercero por mediación de su dinero; mientras que el arte acontece por expresión de lo que desea decir el propio artista.
[5] Aprender a contar cosas siguiendo el género es tan o más importante que intentar ser original.
[6] Incipits y demás cosas que se hacen al final.