Besos de rana y arañas bajo la cama,  Viernes ficticios

Nota de rescate

¿Seguros qué es inocente?

Le sonrió con una nota de malicia azul en los ojos y  travesura en la nariz. Le temblaron los bigotes, telegráficos.

Todo su cuerpo un pisapapeles en reposo. Ella suspiró. Nada iba a moverlo de ahí. Se levantó y fue al tarro. El malandrin troto tras ella y regresaron juntos al plato verde sobre la encimera.

Paf, paf, paf, paf. Él, triunfante, se sentó frente al plato a masticar croquetas. Ahora ella podía usar el cuaderno de japonés que había estado secuestrado bajo la barriga del gato.

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