Lunes de patchwork. Yo no escribo «para mujeres»
Y antes de que saques la espada flamígera y vengadora del feminismo, ¿por qué no analizamos la frase y lo que realmente quiero decir? Al fin esto no es Twitter ni yo soy tan famosa como para que esto pierda su sentido de diálogo.
«Para mujeres» es…bueno, es una frase entre comillas que sirve para que escuches ese tonito despectivo que usan algunos críticos a la hora de referirse a cierto género en particular[1] —para más información, favor de buscar en la r en el apartado literatura o en la f; y a los libros que se escriben en general…o mejor dicho, a cierta idea todavía arraigada entre algunos lectores.
La de que las niñas leen cosas de niñas y los niños leen….pues cosas de niños. Las niñas leen a Hellen Keller, Austen, Brontë…Los niños a Verne, Salgari, London[2]…A eso súmale el hecho de que la mayoría de los libros ensalzados por la Literatura ( y parte de los planes de estudio desde secundaria hasta cursos universitarios) son obra de hombres muy machos y bastante poco imaginativos en cuanto a tener personajes principales femeninos…y que normalmente las mujeres no llegan a las listas del mejor libro.
¿Empiezas a captar a dónde quiero llegar?
Mis padres tienen un montón de defectos….pero uno que no tuvieron nunca fue el de decir «ese no porque no es para niñas». No hubo un solo libro en el librero (dentro de mi alcance por enanura porque si no podía alcanzarlo creo que no me tomaba la molestia de ir por una silla, siempre he sido floja) que yo no pudiera sacar y leer que fuera catalogado como «lectura femenina» o «lectura masculina».
Pude leer lo que se me dio la gana. Así leí a Rosario Castellanos igual que leí a Wilde…Después la biblioteca pública me dejó disfrutar a Virginia Woolf al mismo tiempo que a Tolstoï —que tuve que comprar porque no hubo forma de leer Guerra y Paz en tres días. Estrictamente hablando podrías decir que mi cerebro no tiene nada de «femenino» si tomas en cuenta la proporción de hombres contra mujeres en las bibliotecas (que Corín Tellado se encargó de mantener la proporción en la biblioteca llamada salón de belleza).
Es en todo este lío de lecturas sin distinción por «relevancia literaria» —lo relevante era si me gustaba o no— en la que el sexo es y siempre será secundario al contenido; en dónde puedes encontrar porque no «escribo para mujeres».
Es algo que me gusta de la frase de Antonia Bricco ‘No me considero una mujer directora de orquesta, me considero una directora de orquesta que resulta ser una mujer’. Ser algo —en este caso escritor, que resulta tener la a al final solo porque resulta que soy mujer. Y no al revés. No soy escritora porque sea mujer. Soy escritor porque escribo —razonablemente bien creo. Igual podrían haberme dado por las matemáticas o la química.
No escribo «para mujeres» no porque no respete el romance como un género —con sus propias dificultades técnicas y belleza propia, es lo más genial que puede usar uno para ponerle Valentina a los cacahuates de la narrativa; ni porque me burle de otras mujeres. Es precisamente porque no me considero inferior en nada a ningún colega masculino escritor ahí afuera (tal vez MI escritura tenga uno o dos problemas comparativamente), por lo que no utilizo la frase de forma despectiva.
Por eso es que no escribo «para mujeres». Yo escribo Romance y escribo para quien lea. Si estás leyendo esto y eres mujer…es coincidencia.
Por supuesto que tomo en cuenta el género como un factor de personalidad pero no me parece apropiado mirarlo como algo que divida o límite la capacidad de proceso. En mi opinión este colocarnos de un lado o del otro es lo que crea divisiones innecesarias. Ver si el autor es hombre o mujer para juzgar sus méritos. O escribe bien o no.
Ahora puedes colgarme.
[1] Que en realidad si escribo romance pero termina de leer para que entiendas todo.
[2] A Salgari lo conozco por un cómic de El hijo del sol, a Verne no recuerdo haberlo leído pero si vi el anime de Viaje al mundo en 80 días y a London lo conozco por La llamada de la selva formato Reader’s Digest. De Brontë no he leído nada.