¿Por qué los escritores no pueden recibir visitas [imaginarias] y los hombres de negocios sí?
Hola, este fragmento proviene de Suspense de Patricia Highsmith. Me pareció divertido puesto que habla de la ficción y la realidad…cada una siendo una esquina opuesta de nuestra mente y al mismo tiempo no. Cada una un uso del lenguaje y la confusión absoluta de la burocracia. Helo aquí.
Una vez, cuando ya tenía resuelto todo lo relativo a un piso nuevo en Manhattan —ya había pagado el alquiler por anticipado, firmado el contrato y avisado a los de las mudanzas— me dijeron que no podía ocuparlo porque era un piso para profesionales. Los escritores no son profesionales, ya que «sus clientes
Suspense. Patricia Highsmith
no les visitan». Estuve a punto de escribir al Departamento de la Vivienda o a quien hubiera redactado semejante ley y decirles: «No tienen ustedes idea de cuántos personajes llaman a mi puerta y vienen a verme cada día, y son absolutamente necesarios para mi existencia.» Pero no llegué a escribir, sólo me hice la reflexión de que las prostitutas probablemente tenían derecho a un piso como aquél, pero los escritores no.