Cómo escribir ficción

La telaraña de las palabras por Jean Aitchinson p4



No existe la palabra en inglés que cubra «instrumentos de cocina que abren cosas[1]»  Notar que palabras van juntas es un talento humano natural. Es la clave para sonar nativo. Las personas que crecen hablando inglés británico no hablan de mantequilla echada a perder, huevos rancios o hierba estancada. Prefieren hablar con confianza de mantequilla rancia, huevos podridos e hierba podrida A pesar de que rancio, podrido o echado a perder[2]  tienen significados que se superponen en el diccionario (prácticamente sinónimos en Español y sin embargo nadie dice mantequilla podrida). 

De modo similar a perseguir y echar a correr detrás[3]. Los angloparlantes los usan con objetos distintos, incluso si no llegan a ser conscientes de ello. Persiguen[4] caballos fugitivos, ladrones, pelotas y otros objetos físicos como en “Más fútbol. Un bonche de idiotas corriendo en un campo persiguiendo una pelota” Ese ejemplo, por cierto, salió del British National Corpus, un centro de datos del inglés hablado y escrito.

No obstante, buscamos o corremos tras (pursue) ideas abstractas, objetivos, metas y políticas. «Necesitamos tomar la iniciativa en nuestra búsqueda de una estrategia para el empleo y el crecimiento». Así no perseguimos pelotas de fútbol ni corremos detrás de ningún objetivo incluso cuando el significado que le sigue a ambas palabras es el mismo en algunos diccionarios. Y aprendemos a lidiar con palabras nuevas fijándonos en las palabras alrededor, tal como «niñita[5]«.

Una palabra que se usa mucho pero que apenas hizo su aparición en los diccionarios, así que debió difundirse de algún otro modo. En una encuesta sobre palabras «endebles»; en el periódico, el 80% de ellas venían acompañadas de palabras que sugerían a un masculino débil. «Odia a las niñitas y prefiere la gente fuerte». “Eres un macho si conduces un Mustang pero una niñita si conduces cualquier otro auto”. “Él alcanza la cima, alguien que realiza, no una niñita deprimida” y la lista continúa.

Los humanos somos muy sensibles a las palabras que aparecen juntas. La sensibilidad a las palabras circundantes es ahora lo que se piensa como la clave al aprendizaje de reglas gramaticales. Los verbos en particular son los referentes alrededor de los cuales se desarrollan las oraciones y su estructura. Hay que poner algo en alguna parte, por ejemplo en «Herbert puse las medusas en el baño». No sé puede decir simplemente que Herbert puso las medusas». La estructura de la oración debió haberse aprendido escuchando las palabras alrededor. Pero las palabras no solo tienen significados conectados. También tienen una estructura en su sonido.

La información sobre cómo recobramos los sonidos de las palabras viene de los malatropismos (mal uso de palabras parónimas) que son palabras de distinta escritura pero sonido igual o similar que se confunden como «Nos contó un gran antídoto» en lugar de «Nos contó una gran anécdota».

La señora Malaprop, personaje de la obra teatral Los rivales de Sheridan dijo algo así como «Tan enojado como una alegoría en los bancos del Nilo» en vez de aligátor. En adultos reales se da els efecto bañera, la palabra es como una persona sumergida en una bañera con la cabeza y los pies fuera; la cabeza un poco por encima de los pies. Las personas recuerdan mejor el inicio de la palabra que el final y lo de en medio no tanto.

Así «meditaciones trascendentales» se convierte en «medicaciones trascendentales» Un portavoz gubernamental dijo «Es una política que considero indispensable» en vez de «indefendible» Y «Mantienes a los pollitos calentitos en un incinerador» en vez de «incubador[6]«…

También recordamos el ritmo de las palabras y la vocal acentuada la mayor parte del tiempo, aunque no tan bien como los principios y los finales. Distinguimos numerosas palabras similares debido a que tienen letras iniciales distintas tales como habilidad y debilidad o virilidad y esterilidad.

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Los niños por otro lado, son mejores en el ritmo de las palabras que los adultos y no tan buenos con los principios de las palabras como sucedería en «Papi, cómprame un inodoro de helado» en vez de «cucurucho de helado» y «el león y el Leprechaun» en vez de «el león y el unicornio». ”Don gato» por «mamarracho[7]»  y «marmadillo» por «armadillo». Eventualmente, se mueven hacia el sistema adulto. En parte porque aprenden a leer y en parte porque descubren que el sistema adulto es más rápido para encontrar palabras.


[1] Ni en español.

[2] Rancid butter, rotten eggs y rank weeds en el original…los cuales pueden traducirse  prácticamente igual al español en todos los casos.

[3] Chase y pursue que virtualmente quieren decir perseguir sin diferencia en español

[4] En el original «we», nosotros.

[5] Wimp

[6] Lo que evidentemente iba a causar muchos pollitos muertos solo por nuestra forma de recordar las palabras que, en este caso, la traducción si se deja al ser incubator e incinerator cognados.

[7] Renuncio a traducir esto. Dice «gandigoose» que es Gandy Goose, un personaje animado por «bandicoot», un marsupial australiano que se traduce como bandicut y cuya relación con Gandy Goose se me escapa del todo a excepción del hecho que existe un bandicut animado.

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