Dios de los muertos
Palabras no, 41
Mírame de nuevo,
dios de los muertos,
señor y maestro de mirar antártico.
Ven, estrecha mi alma hasta destrozarme:
en piezas minúsculas de entrañas…
De este lastre de prisión de carne,
suelta el anclaje.
Toma de mi cuerpo,
el agua dulce y con sabor a hierro;
manantial de vida y sueño.