Cómo escribir ficción

Es solo al cabo de algunos años

Escribir como estilo de vida

Esta cita proviene del libro «Historia de mi vida—con ella» de Helen Keller, que puedes descargar totalmente gratis del proyecto Gutenberg en el idioma original. O buscar una traducción en la web por si acaso te llama la atención…aunque no sea ningún manual de escritura de ficción.

«El escritor joven, como Stevenson ha dicho, instintivamente trata de copiar cuánto le parece admirable y desvía su admiración con notable versatilidad. Es solo después de años de esta práctica que incluso grandes hombres [vamos a añadirle equidad de género y metamos a todas las mujeres anónimas del pasado y a todas las heroínas escritoras que hayan dejado huella en tu educación: Christine Nöstlinger, Jean Webster, Anette Levy-Willard, Marguerite Duras y Virginia Wolf. Añade una en los comentarios para que la celebración del 8 de marzo tenga eco y no sea cosa de un día] han logrado comandar las legiones de palabras que llenan en tropel el camino del pensamiento. Me temo que aún no he completado el proceso. Está claro que no siempre puedo distinguir mis propios pensamientos de aquello que he leído, porque lo que leo se vuelve la sustancia misma y textura de mi mente. En consecuencia, casi todo lo que escribo se parece mucho al patchwork loco que solía hacer cuando recién aprendía a coser. Este patchwork estaba hecho de toda clase de cosas— bonitos trozos de sedas y terciopelos pero predominaban  las piezas burdas al tacto.

Así mismo mis composiciones están hechas de burdas nociones propias, imbuidas de los brillantes pensamientos y las maduras opiniones de los escritores  que he leído. Me parece que la mayor dificultad de escribir es hacer que la mente educada exprese nuestras ideas confusas, mitad sentimientos, mitad racionalismos, cuando no somos poco más que bultos de tendencias instintivas. Intentar escribir es como intentar armar un rompecabezas chino. Tenemos un patrón en la cabeza que nos gustaría poner en palabras, pero las palabras no encajan en los espacios o, si lo hacen, no encajan con el diseño. Pero seguimos intentándolo porque sabemos que otros han logrado hacerlo, no estamos dispuestos a admitir la derrota. «

“<<No hay forma de volverse original, excepto la de nacer así>> dice Stevenson y a pesar de no serlo, espero algún día, sobrepasar mis emperifolladas composiciones artificiales. Quizás entonces, mis propios pensamientos y experiencias salgan a la superficie. Mientras tanto confío, espero y persevero, e intento que la amarga memoria de <<The Frost King[1]>> se interponga en mis esfuerzos.»


[1] En su juventud, Helen Keller escribió un cuento que fue publicado y posteriormente acusado de plagio y hallado culpable sin negligencia. Lo que parece bastante difícil de comprobar puesto que aún no escribía pero sí memorizaba todo lo que percibía a través del alfabeto de signos pero nunca hubo una relación clara de aquello que sí le fue leído y aquello que no. La resolución del tribunal causó que el amigo que publicó el cuento terminara por evitarla del todo y esto le dolió tanto que no se volvió a atrever a escribir más cosas…hasta más tarde.

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