Siempre pide el de vainilla pero jamás termina de comerlo
Sarah Domet (90 days to your novel) tiene la misma idea que Chuck Wendig sobre de los personajes como los creadores de la trama y el origen de la historia. El Android del celular. Un personaje bien definido saltará de la página y hará cosas inesperadas, cosas que lo harán memorables.
«El estilo, el tono y la voz reflejan el intelecto, la personalidad y el humor de tu personaje».
Sarah Domet (90 days to your novel)
En esto difiere de Patricia Highsmith [quien nos recomienda disparidad que le dé variedad y complejidad a la trama], puesto que dicha personalidad define donde viven y dónde trabajan y a dónde van, sus elecciones y sus reacciones y que es lo que hace a las viejitas gritar en vez de decirnos que gritan…—para medio citar lo que ella cita sobre Mark Twain y saltar más rápidamente a algo interesante de Hemingway:
“If a writer of prose knows enough about what he is writing about he may omit things that he knows, and the reader, if the writer is writing truly enough, will have a feeling of those things as strongly as though the writer had stated them. The dignity of movement of the iceberg is due to only one-eighth of it being above water. The writer who omits things because he does not know them only makes hollow places in his writing.”
«Si un escritor de prosa sabe lo suficiente acerca de lo que escribe, puede que omita cosas que sabe y el lector, si el escritor escribe honestamente; tendrá un sentimiento fuerte de estas cosas como si el escritor las hubiera afirmado. La dignidad del movimiento de un iceberg se debe a que solo el ocho por ciento está por encima del agua. El escritor que omite cosas porque no las sabe, está dejando agujeros en sus escritos»
Justo el espacio para plantar la semilla del «inevitable pero inesperado» del que habla Robert Mckee (El guión. Story) debido a que este ocho por ciento visible, es la causa principal de que conozcamos al personaje y como actuará en determinadas circunstancias de tal modo que nos volvamos íntimos, cuates, compás, etc, personas tan cercanas que no dudaremos en afirmar o negar porque sus decisiones son lógicas o ilógicas dado un camino determinado y mirando en retrospectiva (como lectores o audiencia).
Como lectores o audiencia, podremos anticipar un poco de la trama gracias a este GPS integrado que constituye la personalidad del personaje y que nos remite a cosas como:
- Historia
- experiencias
- equipaje
- complicaciones
- miedos
- deseos
- sabor de helado favorito
- talla de zapatos (marca de zapatos que elegiría)
Domet (fan de Scott Fitzgerald) ejemplifica como mirando a Jay Gatsby través del pedazo de iceberg a la vista; podemos afirmar que —si estuviera vivo, escogería un sabor decadente y empalagoso de helado (rich) como el chocolate doble con menta, compraría los trajes en Brooks Brothers y su dormitorio estaría lleno de tonos en caoba…
Con lo que yo disiento un poco…No tanto por disentir sino porque a diferencia de Domet, yo no tengo un background literario sino gráfico. Y en el lenguaje gráfico existen simbolismos preestablecidos e imágenes personales a la manera de los diccionarios individuales de los que habla Milan Kundera (una palabra, un significado distinto para cada individuo en cuanto a su valor moral). El simbolismo preestablecido me lleva al mármol y la madera como elementos de riqueza y mi pobre conocimiento del mundo; a la vainilla —medio insípida pero elegante y menos popular que el chocolate, la marca Burbe…o a los sastres ingleses que menciona Jessica Ward en sus novelas de vampiros sexy. Claro, esto de conocer al personaje a fondo es algo muy difícil de lograr cuando de entrada, es bastante difícil comprender a las personas 3D a nuestro alrededor.
Otras preguntas no fundamentales pero que podemos emplear para ampliar la ficha personal del personaje en nuestros records policiacos como detectives de la arquitectura narrativa son:
- ¿Qué es lo que más desea tu personaje en la vida?
- ¿Qué es lo más importante que le ha ocurrido nunca a tu personaje?
- ¿Cuál es su segundo nombre?
- ¿Dónde trabaja?
- ¿Qué le gusta de sí misma (o mismo)?
- ¿Cuál es su día feriado favorito?
- ¿Cómo bebé su café?
- ¿Cuál es su música favorita?
- ¿De qué color está pintado si cuarto? (o su casa…)
- ¿Qué edad tenía cuando beso a alguien por primera vez?
- ¿Cuál es su mayor miedo?
Estás preguntas no sirven para escribir absolutamente nada de la trama TODAVÍA…pero son la brújula que nos dice dónde está el norte del personaje y cuando, definitivamente, estás haciendo algo mal porque conoces tan bien al personaje que sabes perfectamente lo que hará y dirá en una especie de memoria cinética [dice Domet]…o aquello capaz de matarlo de la vergüenza. Hasta otra chorrada más.