In a yellow submarine

El título de esta entrada no tiene sentido, como casi nada en este blog, así que debería aclarar de que va todo esto con un escenario. En realidad…van a ser dos. Y me esforzaré en no usar el ejemplo de Robert McKee que es genial pero demasiadas menciones y alguien se va a enterar que no tengo permiso de la editorial o va pedir pago de derechos. Lo que no está prohibido es parafrasear. Creo. Además tanto les hablo a medias del libro que seguramente ya se hartaron y lo compraron (el mío fue un regalo)
Escenario no. 1: una pareja de amigos (imagínense a cada amigo del género que prefieran ustedes); camina por la calle de noche. La mayoría de las farolas no funciona. Comienza a llover. De pronto una de las farolas de enciende como un reflector sobre la pareja y comienza a nevar. Ojos azules toma de la mano a ojos verdes y lo/la sostiene por la cintura. Ojos verdes acaricia el rostro de ojos azules mientras la/lo mira con ojos soñadores. Ojos azules confiesa que se ha enamorado profundamente.
¿Estás de guasa? ¡Esto es un tostón! Una pila de miércoles por la tarde. Esperrenme tantito. Veamos el escenario 1 bis.
Escenario no. 1 bis. Dos amigos, ojos azules y ojos marrones. En un salón de clase al fondo. El maestro con sus canas peinadas hacia atrás que combinan con el traje y la corbata explica el proceso de transculturación de la arquitectura de la conquista española mediante retablos y dorados tallados por manos indígenas.
Ambos amigos no se miran. Ojos azules abre el cuaderno por la última página y se acerca a ojos marrones que hace garabatos sobre una servilleta del almuerzo.
Ojos azules le pica el hombro con el lápiz. Ojos marrones no le hace caso. Ojos azules mete el cuaderno sobre la servilleta y…dibuja una tabla de 9 casillas con 4 rayas. Ojos marrones le lanza un relámpago de mirada pero dibuja una cruz sobre una casilla de la esquina. Juegan a gato más de una vez, sin que el maestro se dé cuenta, miope. Se retan mutuamente hasta que ojos azules gana cuatro de seis. Ojos azules levanta los ojos del papel. Ojos marrones también. Se sonríen y ojos azules se sonroja.
Un poco mejor….¿Y qué diablos tiene de importante la tensión del coqueteo entre dos personas que han pasado de ser amigas a ser…no sé, interés romántico? Pues que hablamos de texto y subtexto (así llama a este recurso Robert McKee)
Y es cuando tienes una situación cargada de contenido emocional por debajo de la superficie y que vas a contar a través de su desarrollo, no a través de explicar directamente lo que sucede tienes un subtexto. En el primer caso, escenario 1, la escena es totalmente ridícula porque no tiene ningún subtexto. ¿Fácil de entender? No con mi ejemplo…necesitamos algo más fácil de trabajar…Pongamos una mujer embarazada en una sala de parto.
En el caso no. 1, el marido está de viaje de negocios pero en cuanto sale de su junta con los de la otra compañía y le dan el recado se deshace en lágrimas y se apresura a llamar a su esposa.
En el caso no. 2, el marido está listo para entrar en la sala de parto pero se sale para contestar una llamada…La pregunta del juego de la oca es: ¿Quién si ama a su esposa?
¿Aquél que no está pero se derrite de la emoción o el que si está pero la deja ahí tirada por una llamada telefónica?
Esto es el subtexto. Una situación que nos dice más que una explicación. Parece trivial pero realmente hace la diferencia entre el tostón y la escena 1 bis. Que, por lo menos, parece más interesante, aunque no sea una obra maestra (al fin y al cabo soy una persona común y corriente).
Puff, cualquier cosa me dejan un mensaje, he sudado la gota gorda y eso me dice que sólo entendí a medias….Pero si con ello les he ayudado un chirris me la he currao…debería volver y atacar este tema a mayor detalle en otra ocasión.

