Lauren Ho: lo que aprendí con El último Tang de pie, p3
No pelees acerca de la cubierta/portada
Así que crees que tú romance histórico debería tener un hombresote de pecho desnudo montado sobre un unicornio con brillitos y no lo dices irónicamente[1]. Así que piensas que tú thriller sobrenatural debería tener un proyectil con rostro, vomitando dentro de una fosa llena de sucubos. Así que la portada de tu distopia debería llevar a un ejército de mujeres con botones por ojos. No te aferres a tu portada de ensueño porque las probabilidades son que apeste o, mínimo; te consiga cero ventas entre tu público target. ¡Pero, mi visión artística!, gimes, ignorante de que tú portada posee tan poco atractivo como las vacunas infantiles gratis o los activistas anti-vacunas. Eres escritor, no artista (a menos que seas uni de esos enojosos multi talentos)[2]. O mercadólogo. No intentes dictar tú propia portada (seguro, puedes protestar un poco o dar directrices pero no muchas; no quieres ahogar a tu editorial en detalles). Puedo haber querido a una mujer haciendo su impresión del cuadro de Edward Munch El grito, pilas de documentos quemándose en el trasfondo[3], para la portada de mi novela cómica en Singapur. Obviamente, por muchas razones válidas, me sobrepasaron los votos.
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[1]….Esto es un buen consejo cuando no hablas un lenguaje gráfico —y eso es fácil saberlo; si el nombre de Dondis Adondis no te suena de nada, hazle caso a esta autora.— Sí por el contrario sabes de quién hablo, dudo que te puedas quedar calladito pues hablas un idioma no reconocido oficialmente, totalmente artificial por supuesto; pero un idioma al fin y al cabo que te permite tener idea que funciona y que no. Sin embargo, a menos que tu trabajo sea diseñar portadas, es mejor ver qué te muestran primero
[2] No se trata de talento, es una habilidad que se cultiva, del mismo modo que uno aprende a escribir y….lo único en común con el arte son los medios. Cualquiera que sepa un poco de diseño puede confirmárselos.
[3] Si estás son las cosas que se le ocurren para portadas, empiezo a entender porque tiene razón en mantenerse alejada de diseñarlas. Como escritor, me parecen atractivas pero la parte en mí que estudió diseño….sabe que no funcionan. El grito de Munch está demasiado asociado a trastornos mentales como para usarlo y los papeles quemándose son demasiado subversivos para cualquier editorial precavida y post-wikileaks.