Ash como me choca que mi marido pregunte a dónde voy y a qué hora regreso…

Son las 12 de la tarde y voy a clase de confección de prendas. Ya tengo mi bolsa de materiales en la mano y las llaves de la casa también. Mi marido se asoma y pregunta con tono de disgusto:
—¿A dónde vas?
Exasperada, le contesto:
—Es sábado
Llego a clase, saludo y comienzo a relatar el episodio anterior sin perder ni un minuto. Manifiesto mi desagrado por el marido que no puede dejarme ir a clase sin ponerse serio o preguntar ¿A qué hora comemos?…
No sé si se identifiquen o no. Este episodio lo viví como audiencia y no como protagonista. Solía pensar que a esta persona y otras dos o tres que mencionaban algo parecido realmente les molestaban los celos de un marido que no sabía funcionar sin mamá gallina.
Pues resulta que no. No les molesta. Es una forma velada y vengativa de recordarle a otros:
«Yo tengo quién se preocupe por mí y tú no» Porque en clase de confección había de todo antes del coronavirus: casadas, divorciadas, solteras y una bachelorette[1].
Es común que las mujeres compitan entre sí. Quién es más bonita, más lista, más… Lo que sea[2].
Por desgracia, uno de los trofeos más cotizados es un marido celoso. No alguien que se preocupa en serio y pregunta a dónde vas y a qué hora regresas para saber si ponerse histérico o histérica —¿por qué no?— porque ya te demoraste en llegar y no has llamado, etc. Sino un sujeto que se siente ofendido o molesto porque su persona no sea lo único importante en tú vida. Porque tienes tus propias actividades. Porque existes con independencia de su ser. Porque te compartes con él porque se te da la gana; no porque… así debe ser.
A veces, esto es cruel, porque me hace sentir que me hace falta ALGO[3].
La mayoría de los días sólo me levanta una comisura de los labios y sigo con mis asuntos.
No tengo quien se ofenda… pobre de mí. Soy libre.
Por supuesto, no soy tan libre como quisiera pero al menos nadie me pregunta ¿con quién estas chateando? cada vez que me pongo a escribir entradas de blog. Ni ¿a dónde vas? con deseos de amarrarme al sillón.
[1] ¿Por qué los hombres son solteros a secas mientras que las mujeres son solteronas o quedadas? Me rehúso. Así como los hombres eligen ser solteros, así puedo elegirlo yo también. Y si no existe una palabra que defina que soy soltera porque quiero, entonces la invento.
[2] Confieso, no me sustraigo del estúpido juego, siempre he sido algo orgullosa y muy competitiva por inseguridad. Y todavía me dejo llevar aunque cada vez un poquito menos, al fin y al cabo; escribo, luego existo.
[3] Por lo regular los días del bajón hormonal. Ustedes hombres dicen que estamos locas… no tienen idea de lo que es funcionar con estrógenos; que son hormonas más o menos estables hasta que el día anterior al período, desaparecen por completo del mapa. Viene a ser algo así como vivir drogado 26 de 28 días y pasar dos con síndrome de abstinencia. A ustedes la producción de testosterona no les sube o baja como montaña rusa a menos que haya motivos ambientales. Por eso pueden jactarse de no cambiar de «humor». Malditas hormonas. Al menos eso es lo que creo. ya saben, cualquier aclaración; estoy disponible.

