Bob esponja mola
¿Estás pensando en abandonar esta entrada? Antes de hacerlo déjame poner dos de mis cartas sobre la mesa:
Bob esponja no me gusta
La explicación de las causas que llevan a un resultado no significa que estamos de acuerdo con el resultado. Ni que el resultado tenga por fuerza que ser así.
Digamos que un día cualquiera compras una película del botadero en el super. Llegas a casa y empiezas a verla. La trama…se trata de mujeres en atuendos ajustados* luchando contra un archi-villano que pretende convertir a un bebé en el emperador inmortal que actuará como su marioneta y reinará sobre los seres humanos. Como no sabe que bebé es el bueno, secuestra a un montón de niños; al fin y al cabo puede convertir a los bebés sobrantes en sus secuaces. Hay además un científico trabajando en una capa invisible y un detective eficaz contra los malos del montón pero inefectivo contra los super villanos.
No suena muy diferente de un film americano de super héroes ¿O si?
¿Y qué tienen que ver los super héroes con Bob Esponja? Un mucho y nada como verás a continuación.
La película realmente no era muy atractiva en realidad. Es una película de culto, es china una parte de los diálogos estaba sin traducir y el presupuesto la hizo parecer un episodio de Batman y Robin con ropa y lugares a lo futurista sólo faltaban los pow y los pam en sendas viñetas para serlo de verdad.
Ante las caras un tanto insatisfechas de mi familia, se me ocurrió la pregunta:
¿Qué hace de esta película distinta (en cuanto a la trama) de Superman o Batman? Que hace que Batman o Superman no nos parezca tan ridículo**. A lo que recibí una respuesta inesperada. Mi mamá me contestó:
¿Te acuerdas del día que nos subimos al camión y había dos jóvenes hablando de Bob Esponja? ¿Cómo hablaban?
Recordé. Los dos estudiantes de CBTyS (bachillerato tecnológico), eran verdaderos forofos de Bob Esponja; se habían aprendido los capítulos como si de oro líquido se tratara. Comentaban con una fruición los capítulos, que casi se antojaba ver la caricatura. Apuesto a que se sabían mejor sus escenas favoritas que la tabla periódica, la cronología de las conquista española o la carta de los derechos del niño. O las tres cosas juntas.
Es decir, hay a quién le gusta Bob Esponja. Y a quién le gusta el Quijote. Y a quienes les gusta el béisbol. Y…el fútbol. Y…muchas otras cosas que no nos gustan***.
Lo extraordinario no es que a otros les guste algo que no nos gusta a nosotros. Lo extraordinario es encontrar cuando compartimos algo que nos gusta y disfrutar aquello que compartimos; sin menospreciar lo que no como ridículo, estúpido o inútil.
Por lo tanto, Bob Esponja mola. Siempre y cuando no me obligues a verlo.
*Heroínas. Por si se les antoja ver a Maggie Cheung, Anita Mui y Michelle Yeoh.
**Claro que la manufactura la pone a años luz de estos filmes y no parecía del todo bien contada. Aunque no hay modo de saberlo porque según mi profesor de cine en la universidad, los japoneses tienen películas con veinte minutos de inmovilidad total (¿quién puede ver eso?). A saber que consideran los chinos como bien contado porque no conozco a ningún chino que me diga y dudo poder leer algún tratado sobre escritura de ficción que esté escrito en chino.
***A mi no es que no me guste el fútbol, lo que no me gusta es que sea pretexto para comportarse como multitud. Del mismo modo que los conciertos de rock, o cualquier evento masivo. De hecho, no me gusta ver deportes, ni en la tele ni en vivo. Me gusta más participar, a pesar de mis grandes habilidades atléticas que consisten en tropezar con el balón o temer todo objeto que caiga del cielo.