¿Quién no quiere cambiar? (Narrativa y cambio)
De las 20 tramas maestras que menciona Ronald B. Tobias en «20 Master plots» la de búsqueda ocupa el primer lugar. Quizás porque las tramas de búsqueda suelen estar entre las historias más populares, pues representan la experiencia humana profunda que nos cambia la vida.
Robert McKee la menciona también… aunque de lo que él diga no les puedo contar porque todavía no he leído esa sección (sólo eché un vistazo). Estoy atorada con su descripción a minutos de dónde introducir tramas secundarias para alargar felizmente el segundo acto sin que se vuelva aburrido (en realidad no es tan complicado pero en cuanto alguien introduce números para explicar algo…)
Cómo el nombre lo dice, la trama de búsqueda implica un objeto, una persona o un lugar que se busca o persigue. Y aquí es dónde se pone algo complicado pues, cualquiera podría nombrar «Dragon Ball» o «Indiana Jones en busca del Arca perdida» como ejemplo con esta etiqueta y esta descripción.
Sin embargo, resulta que a Dragon Ball le falta un ingrediente. Goku jamás deja de tener interés por las peleas. Incluso, ¡sigue siendo el mismo inocente que puede subir a la nube voladora después de casarse con Milk y tener hijos! * No cambia. Si acaso, Vegeta es el personaje con más cambio. De príncipe destructor se convierte en padre y marido preocupón, en una especie de subtrama corta.
Indiana no deja de ser en ningún momento, en cualquiera de las películas con este personaje, el aventurero vale conventos (¿de qué están llenos los conventos? diría Cici —una amiga) que se lanza a buscar el tesoro. Tanto en Indiana Jones como Dragón Ball, el personaje es más como un vehículo de transporte que nos lleva de aquí para allá que el punto focal o el objeto del conflicto.
Hace falta el cambio interno. Una transformación en la mentalidad, el alma (si desean llamarlo así), la personalidad. El personaje no termina su viaje igualito a cómo lo empezó. Tanto si logra su objetivo o no, sufrirá una transformación interna.
Es una trama de la mente, un forda. A pesar de y usando toda la acción física posible para representar la búsqueda. Los dos ejemplos que he dado anteriormente son forza, tramas físicas.En ellas el personaje es únicamente como un auto en el que subimos para ir de paseo. No se trata de personajes que sufran el cambio, al lograr o no encontrar su objeto-persona-lugar.
En el libro, Tobias menciona a Jasón y su búsqueda del vellocino de oro como ejemplo. Sin embargo, ya que mi mejor ejemplo de lo que NO es una historia de búsqueda es un título de manga, probablemente sería bueno seguir en la misma línea. Y, el título que usaré como ejemplo es lo suficientemente bueno como para competir contra una novela en profundidad (claro que ésta es una opinión y ustedes pueden disentir y comentar lo contrario —sería interesante). Aquellos que aspiran a dibujar cómic pueden ver más fácilmente de que hablo…mientras que para los que no han leído manga y/o sólo conocen el anime promedio, este puede ser un encuentro cercano del tercer tipo para maravillarse. Espero.
Tomemos Sekine’s love de Kawachi Haruka. En éste manga, el personaje principal es un hombre con un problema de depresión tan grave que no logra ni siquiera enterarse porque su vida es tan miserable —a pesar de su éxito en términos dictados por la sociedad alrededor suyo. Una pregunta hecha durante un goukon —una cita a ciegas en grupo, dispara su búsqueda por una actividad en la que sumergirse (Robert McKee llama este tipo de evento «el detonante» mientras que otros lo llaman plantear el conflicto). Lo que lo lleva a una tienda de manualidades. Empieza a tejer. Como un maniático. Y recuerda, a cada proyecto terminado; imágenes en desorden de situaciones que le causan incomodidad. Teje motivos más y más complicados, enfrentándose a mayores complejidades emocionales. Al final, deja de ser el individuo que deja todo sin aclaraciones, del que se aprovechan los demás, el de antes de este paso por el país de las agujas y las madejas.
Otros ejemplos del libro de Tobías son: Las uvas de la ira, Psicosis, Don Quijote y El Mago de Oz. Para los que no deseen adentrarse en el mundo del manga. Creo que podría incluirse Penélope con Cristina Ricci o El castillo vagabundo de Howl de Diana Wynne Jones.
Esta es la trama de búsqueda.
Un cambio interno.
Un viaje (físico o imaginario o simbólico) para conseguir algo que se desea (para el escritor el objeto no tiene la más pequeña importancia, sólo es importante para el personaje principal) por lo que podemos saltar de la Ceca a la Meca.
Y el cambio que se logra al obtener o no, este deseo. El personaje aprende algo de sí mismo, algo del mundo, se vuelve sabio. Envejece.
¿Cuál es tu historia favorita con trama de búsqueda?
*Para ser veraz, no he visto Dragón Ball completa, o siquiera la he leído. Hasta ahora no ha captado mi interés pese a las múltiples reposiciones en televisión abierta en México; aunque, no dudo de su calidad pues se ha mantenido popular —Hitcotch era a la vez popular y autor. Lo que afirmo lo hago desde los pocos episodios salteados que he visto. Es posible que esté metiendo la pata. ¿Algún experto de Dragón Ball por ahí que comente y me anime a leer?