Cómo escribir ficción

¿Todos los medios se escriben igual?

Más o menos si y más o menos no. Compartimos herramientas. La planeación, el uso de escenarios y escenas, el diálogo (en unos medios más que en otros y también según el estilo de cada quien),  los abismos y el bosquejo de personajes.
Corry L.  Lee., autora de «Empire. Revolution. Magic»  menciona en el blog «Terribleminds» como a los escritores se les advierte no exponer sino mostrar (machaconamente). También opina que es importante explicar, cuando el caso así lo requiera.


Robert McKee es de los que dicen que no hay que explicar ni pensar que el público es más bruto que nosotros, que debemos obviar cierta información. En pocas palabras, mostrar no exponer.
La diferencia está en que él lo dice claramente: película.


Funciona en una película porque hay imágenes y música. A eso le añadiría los cómics, porque comparten ciertas particularidades (la imagen… ¿nada más?).
A diferencia del libro. En un libro de ficción, aunque hay imágenes (la tipografía es una forma de comunicación visual) no hay una imagen que obvie las mil palabras.
No puedes ver el mar musical interior de «El paquete parlante», Gerald Durrell tuvo que describirlo. Y Terry Prattchet se lanzó a explicar cómo funciona la luz en el mundo disco para que pudieramos entender porque una bruja puede cabalgar una escoba más rápida que la luz (en ese caso concreto el amanecer). Algunas cosas no se pueden simplemente mostrar. Incluso el manga explica algunas cosas para que sepas en dónde estás parado. En “Katsuai Monster” ( Narazaki Souta) la mangaka tuvo que decirnos que el personaje principal es un come-hombres que se alimenta de la energía contenida en los fluidos (de todo tipo). De no ser así, desde el primer momento hubiéramos mandado la historia a volar.

A mí me acaba de pasar. Eliminé toda explicación posible intentando sólo mostrar y mi amiga (omito su nombre por razones de privacidad y ella me cae muy bien como para fregarle la existencia) leyó un trozo para decirme que era confuso. Claro que eso no quiere decir que llenemos la cosa de explicaciones. Hay que explicar…un poquito a modo de flecha en el mapa. Un “USTED ESTÁ AQUÍ” que guíe al lector.

Particularmente porque los cuentos y novelas no poseen una herramienta del cine que Hillary Mantel (autora de «Wolf Hall» y “Bring up the Bodies”) menciona en su conferencia» Adaptation» (Ciclo de conferencias Reith 2017 organizadas por la BBC y que se pueden conseguir en forma de podcasts… (¿recuerdan que les recomendé aprender otro idioma?):

Un reflector que nos indica inmediatamente «Este es tú protagonista».

Este es el lugar. O esta es la situación.

Sin olvidarse de algo sumamente importante. Una película tendrá sonido, es decir, música.  Cosa que creo que se le olvidó a McKee, porque la música también te puede decir que sentir… inconscientemente. Es incluso más poderosa que cualquier escritura en el momento de decirte qué sentir. Escuchen el soundtrack de Tiburón sin ver la película. El tuntuntun tuntun sigue siendo causando esa sensación de escalofrío con todo y que no hay tiburón a la vista.


Hay que ser perspicaz cuando leemos los manuales para escritura. Como este.

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