Cómo escribir ficción

Plagia #13: ¿Crees que un escritor NO lee el periódico porque no tiene tiempo?

Sabemos o suponemos que gran parte de  lo que comunican los medios de comunicación no es ni veraz ni comprobable.  Al menos para el ciudadano promedio sin tiempo para corretear a nadie y preguntarle si es verdad lo que dicen que dijo o lanzarse a que le rompan su mandarinita en gajos los gorilas que cuidan la pasarela de los diferentes Senados o, para estar metiendo las narices en la basura para ver que tan cierto es el porcentaje reportado de papel en un vertedero público.

Digo, para eso están los reporteros. Para estar horas de pie, viajando con su propio dinero, etc. Por algo confiamos un tanto así chirris en la información, ¿verdad?

Bueno, el punto de esta entrada no es si la red social es un medio confiable o si el periódico de aquí y el noticiero de allá tienen filiaciones políticas o si se inventan las noticias.

De lo que quiero hablar es de la noticia como origen del incendio y el plagio sin copia del cuento.

¿Eh? En Plagia #1: Estructuras hago mención a que ninguna historia es del todo original. Y no lo es. Su origen siempre procede de alguna parte.

Andrea Camilleri, leía un artículo cualquiera en el periódico y luego escribía TODA una novela. Sin individuos o eventos reales involucrados pero de tal realismo que tenía que incluir una advertencia en la que hay personas de la vida real tan insatisfechas con su realidad que ¡amenazaban con demandarlo! Probablemente si sólo hubiera cambiado los nombres no hubiera pasado nada porque dichas personas habrían fingido demencia. ¿Quién sabe?

Pues he ahí material para “plagiar”. O por lo menos para aprender algo.

Muchos periodistas terminan siendo escritores por la sencilla razón de que,  incluso cuando son serios y honestos (mmm… seguro los hay… espero), tienen que inventar parte de la historia, una teoría armada con piezas sueltas de información es pura imaginación hasta que se demuestra lo contrario.

Ningún sujeto,  a menos que participe en Bogotá Brother*,  lleva una cámara siguiéndolo las veinticuatro horas del día.  Ningún lugar donde suceda un evento está tan rodeado de CCTV que se puedan ver los 360° alrededor. Tampoco existe una forma de grabación automática que siga los eventos paralelos relacionados con un evento o personaje, que garanticen que un reportaje (¿por qué lo llamarán historia en el medio?) tenga la coherencia necesaria sin lagunas de información y sea confiable.

Todos los huecos deben llenarse a golpes de imaginación para poder ser comprobados,  verificados o presumidos. …¿O por qué creen que los periodistas deben verificar sus fuentes? Los periodistas ejercitan su imaginación constantemente. Del mismo modo que un autor DEBE EJERCITAR SU IMAGINACIÓN TODOS LOS DÍAS Y NO SÓLO PARA INVENTAR. TAMBIÉN PARA RECORDAR.

En segundo lugar,  los periodistas se vuelven buenos escritores porque aprenden a decir más en menos palabras. No pueden darse el lujo de llenar su columna de reiteraciones o explicaciones inútiles. Por eso vale la pena leerlos,  aunque no te inspiren ninguna idea. Para advertir el flujo y economía de las historias.

En Español, los concursos suelen tener requisitos un tanto escalofriantes, el número de páginas. En inglés lo escalofriante es que los escritores ponen miles de palabras sin pensárselo. Mientras que un periodista (Pérez Reverte, Gabriel García Márquez, Terry Prattchet) aprende a economizar. ¿Es mejor más o es mejor menos? Chuck Wendig dice que menos. Y tiene éxito.

Volviendo al tema. Para que lo del plagio funcione,  es importante no casarse con un sólo noticiero-periódico y mucho menos uno nacional. Tienden a olvidar que el resto del mundo existe o a ofrecer una visión muy pero que muy estrecha. Además que un noticiero internacional te ofrecerá otros puntos de vista no sólo de otros países sino del tuyo también.

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