Cómo escribir ficción

Estilo de vida: te volverás un mentiroso

Sí, así es como no se ve un escritor…

Literalmente. Palabra. Aunque no en tus relaciones más cercanas. Tampoco te convertirás en un ser despreciable que mienta por razones personales como: ganar un caso en la corte, alcanzar un escaño en el senado o re-estructurar la deuda financiera de una empresa tocando fondos de pensiones; jurando que no existe otro modo.

Más bien, vas a mentir a lo largo del día…o mejor dicho, a lo largo de tu historia.

Puesto que tu misión, si decides aceptarla, consiste en: HACERNOS CREER. Viene con el oficio.

Y mentir, necesita imaginación.

Cómo sabes, la imaginación consiste en ver lo que no está allí, según la hermosa definición de Monte Wildhorn, el personaje escritor de la película The Magic of Belle Isle. Robert McKee menciona que debes hacer que las personas manden al diablo su incredulidad y te presten atención usando la empatía. No importa si es una historia realista o de fantasía, en el momento en el que alguien se pregunte cómo está construida la historia la credibilidad se va por el caño y con la credibilidad se va la empatía.

Mentir es, en palabras de Kinsey Millhone aunque no abriré una cita pues esto viene de memoria y mi memoria (como todas las memorias humanas) es falible. Para ser convincente al mentir se debe contar tres cuartas partes de la verdad y el restante, del embuste.

Wendig indica que es conducir al lector dándole tres hecho comprobables con un cuarto hecho probable o posible según los datos anteriores.

Lo que nos lleva al terreno más apasionante de la escritura: la investigación…¿o será la parte menos interesante?

Por lo pronto, lávense las manos al regresar a casa y tóquense la cara lo menos posible. Hoy me parece que la cuarentena está causando estragos en mí. De por sí no salgo más que una vez a la semana…mentira…mentira…dos veces. Una para las compras de la alacena y la otra para ir a clase de costura.

La clase de costura es no sólo el club en dónde hablo con personas que comparten mi gusto por la ropa sino el mini-lab donde escucho cómo hablan y se comunican las personas y donde aprendí a perseverar hasta terminar una prenda…digo cuento. Las dos cosas. Primero fue una prenda y luego me dije…bueno sí puedo terminar una prenda completa en dos meses cosiendo tres horas a la semana…¿por qué no escribir una novela?

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