Cómo escribir ficción

Plagia #6: Aprende historia

Si en costura se necesitan patrones, en escritura se usan estructuras

¡Bah!  ¡Puaj! La historia es aburrida y es sólo para snobs o intelectualoides.

Antes de desechar la idea por los motivos anteriores o por cualesquier otros que se te ocurran, vamos a hacer un pequeño ejercicio de investigación.

¿A qué personaje de reconocida serie de televisión se parece María de Medicis (con algo de Catalina de Médicis y Margarita de Valois) y a quién te recuerda el Vert Galant (no aparece en ninguna entrada de la web pero en un documental francés hablaban de como le encantaba salir de caza) con el que se casó?

Y espero que no salgas con que la Wikipedia no es una fuente pero no tienes tiempo ni conexiones para investigarlo directamente de los documentos. También existen los documentales, si no te gusta leer mi pequeño saltamontes dibujante de cómic o escritor de guión. Ve y busca.

¿Preparado con la respuesta? Porque yo no pienso decírtelo a menos que te suscribas y comentes al final.

Y con esto,  supongo que empiezas a entrever las razones para aprender historia.

Muchas buenas ideas están escondidas en la historia humana. Y no tienes que ser un escritor histórico. No si no quieres, claro. 

Asimov escribió la Fundación como la escribió porque quería escribir un libro histórico. Por eso se invento todas esas notas a pie de página y la decadencia de un imperio  basado en el imperio romano. Que lo mezcló con otras cosas, eso es parte del trabajo del escritor.

Downton Abbey,  es una serie de televisión inglesa que destaca la serie de cambios tecnológicos y sociales de principios del siglo XX y no es una serie histórica propiamente dicha. Sus ideas conductoras realmente no tienen nada que ver con personajes reales. Aprovecha los hechos para conducirte,  nada más.

Yumekui no kenbun (Shin Mashiba, VizMedia, 2008, inglés),  manga de misterio y horror, ilustra un terrible terremoto que asoló la región de Kanto en los albores del siglo pasado (1 de Sep. 1923) y que forma parte de un delicioso final. Sin el terremoto, las decisiones de los personajes no habrían sido las mismas.

A decir verdad,  los mejores escritores son los históricos. Porque tienen que conducirte entre fechas y datos comprobables, hasta decisiones que,  a nosotros nos parecerían absurdas pero que para los personajes no lo eran.  Convenciéndonos,  además. ¿Han leido los reyes malditos de Maurice Druon?

No sólo es parte de la investigación necesaria para escribir con cierto ambiente. Es una forma de obtener ideas. Es decir, de plagiar sin hacer copy-paste.

Y nosotros tenemos las ventajas del documental,  el audio libro o, incluso la televisión.  No desdeñes un programa de televisión sólo porque habla de historia.

Ah,  en Ivox tienen muchos audios…

Y si no te he convencido, voy a citar extensivamente Homo Deus de Yuval Noah Harari:

:

“Pero la ciencia no tiene que ver solo con predecir el futuro. Eruditos de todos los ámbitos suelen buscar ampliar nuestros horizontes, con lo que abren ante nosotros futuros nuevos y desconocidos. Esto es especialmente aplicable a la historia. Aunque ocasionalmente los historiadores tratan de hacer profecías (sin un éxito notable), el estudio de la historia pretende por encima de todo hacernos conscientes de posibilidades que normalmente no consideramos. Los historiadores estudian el pasado, no con la finalidad de repetirlo, sino con la de liberarnos del mismo.

Todos y cada uno de nosotros hemos nacido en una realidad histórica determinada, regida por normas y valores concretos, y gestionada por un sistema económico y político único. Damos esta realidad por sentada, y pensamos que es natural, inevitable e inmutable. Olvidamos que nuestro mundo fue creado por una cadena accidental de acontecimientos, y que la historia moldeó no solo nuestra tecnología, nuestra política y nuestra sociedad, sino también nuestros pensamientos, temores y sueños. La fría mano del pasado surge de la tumba de nuestros antepasados, nos agarra por el cuello y dirige nuestra mirada hacia un único futuro. Hemos sentido este agarrón desde el momento en que nacimos, de modo que suponemos que es una parte natural e inevitable de lo que somos. Por lo tanto, rara vez intentamos zafarnos e imaginar futuros alternativos.

El estudio de la historia pretende aflojar el agarrón del pasado. Nos permite girar nuestra cabeza en una dirección y en otra, y empezar a advertir posibilidades que nuestros antepasados no pudieron imaginar, o no quisieron que nosotros imagináramos. Al observar la cadena accidental de acontecimientos que nos condujeron hasta aquí, comprendemos cómo adquirieron forma nuestros propios pensamientos y nuestros sueños, y podemos empezar a pensar y a soñar de manera diferente. El estudio de la historia no nos dirá qué elegir, pero al menos nos dará más opciones.”

Deja un comentario